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¿Cómo afecta el calor a tus cultivos?


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El agua es esencial para las plantas, su necesidad está relacionada con la evaporación en el sustrato (tierra) y la transpiración de la planta. Las plantas con hojas amplias y abundantes, como la lechuga, la acelga, entre otras, necesitan más agua que las que tienen hojas pequeñas y escasas.

La necesidad de agua es mayor cuando la temperatura es más elevada y la humedad más baja en el ambiente, ya que la evaporación en el sustrato y la transpiración en las hojas serán más altas, llegando incluso a secar la planta por deshidratación.

 

 

 

La falta de agua, ocasiona marchitez prematura, en este caso se pueden observar hojas secas o con necrosis en el ápice, con un color apagado y/o sin brillo, amarillentas, decaídas e incluso pueden abortar a las flores. Cuando se trata de temperaturas elevadas, se pueden producir daños en los tejidos alcanzados por el sol, conocidos vulgarmente con el nombre de “planchazos”.

 

 

 

En las plantas leñosas, aunque son más resistentes a la sequía, la floración puede ser escasa, así como su rotación, incluso las hojas pueden ser más pequeñas de lo normal.

También debemos tomar en cuenta los vientos cálidos y secos que aumentan la evaporación, acelerando el proceso de desecamiento.

Cuando observamos que las hojas están flácidas, aunque se les haya regado por la mañana, no quiere decir que las plantas sufren de sed, sino que, debido a las altas temperaturas, el agua se evapora más rápido a través de las hojas, con el fin de que las raíces la puedan absorber. En este caso se recomienda rociar con agua las hojas para mantener la turgencia de las mismas y durante la noche se repongan por completo.

 
 
 
Cultivos de cubierta o bajo invernadero
 

En los meses del año con más calor, es muy importante controlar las temperaturas altas en el cultivo intensivo, bajo plástico o cualquier otro tipo de cubierta. Tener un buen control de las altas temperaturas no solo aumenta la seguridad del agricultor, sino que, se incrementa también la calidad, la producción y con ello la rentabilidad.

 

 

Podemos descender drásticamente la temperatura de un invernadero si conseguimos evaporar una cantidad importante de agua dentro de su ambiente, aunque es importante tener mucho cuidado de que el agua no le llegue a las plantas, pues se podrían producir enfermedades.

 
 

Estrategias para descender las altas temperaturas

 

Es importante contar con una serie de sensores dentro del invernadero que nos reflejen con total exactitud los diferentes valores de temperatura y humedad que se van produciendo a lo largo del día. De esta forma podremos saber cómo y cuándo colocar e implementar las distintas estrategias y coordinarlas para que todo funcione adecuadamente, esto te permitirá automatizar los procesos.

 

 

 
 

Riego por nebulización o aspersión.

 

Nebulización:requiere de una presión de agua alta para crear una gota con un diámetro muy pequeño, para que pese poco y se mantenga más tiempo en el aire, reduciendo así la temperatura, al evaporarse más rápido y ocasionando que el vapor se lleve el calor. Se requiere tener agua de muy buena calidad para que los emisores no se obstruyan.

 

 

 

Aspersión:La gota es mayor que en el caso de la nebulización, por lo que pesa más y cae rápidamente, haciendo que la temperatura descienda menos, sin embargo, se pueden ocupar aguas de menor calidad.

Los emisores se deben colocar a cierta altura en el invernadero, cuidando que el agua no choque con el techo, ni de forma lateral, para que la gota de agua pueda tener un mayor recorrido posible y pueda evaporarse antes de llegar al cultivo.

 
 

Se sugiere colocar los emisores debajo de las ventanas cenitales, puedes tomar en cuenta que las ventanas de barlovento (ventanas en la dirección del viento) deben de estar más cerradas que las de sotavento (ventanas en la dirección opuesta al viento) para realizar un buen control de las altas temperaturas.

Este sistema se puede automatizar programando nebulizaciones o aspersiones de pocos segundos en intervalos constantes durante todo el día.

 
 

Ventilación:

La ventilación se realiza para sacar la temperatura y humedad alta dentro de nuestro invernadero.

 

Ventanas: Se pueden localizar arriba de tu invernadero (ventanas cenitales) o en los laterales (ventanas laterales), pueden ser de apertura automatizada o manual.

Cenitales: Se localizan en la parte de arriba del invernadero y es recomendable que el área de ventilas sea aproximadamente igual, del 15% al 30% del área del piso ocupado por la nave de invernadero.

Laterales: Se localizan en la parte lateral del invernadero y por lo general ocupan entre un 60% y 75% de cada pared.

 
 

Se puede contar con cualquiera de los dos tipos de ventana o ambos, el nivel de enfriamiento aumenta cuando los dos tipos de ventanas están presentes en el área total de ventilación.

Este proceso también se puede automatizar con un buen controlador climático, el cual debe de hacer un cierre progresivo de ventanas, dependiendo de la velocidad del viento. El método que se suele usar es: marcar un tramo de velocidades de viento y posiciones máximas de las ventanas de sotavento y barlovento.

 

Por Ventiladores

El objetivo es forzar de manera mecánica el exceso de temperatura y humedad al exterior de la cubierta o invernadero. La velocidad y cantidad de calor depende de la temperatura exterior y de la velocidad del aire.

Es importante que el diseño, localización y control de la ventilación sean correctos para brindar un desempeño de los ventiladores adecuado y que funcionen perfectamente.

Actualmente la colocación de ventiladores y nebulizadores está dando buenos resultados, de la misma forma que las demás estrategias, de igual manera, se puede automatizar.

 
 

Cubierta plástica

La temperatura en el invernadero tiene que ver con el plástico o material de cubierta, algunos plásticos tienen un paquete de aditivos incorporados, que impiden las radiaciones infrarrojas, produciendo un efecto térmico o la capacidad de retener el calor que se disipa por la noche.

La luz es esencial para el buen funcionamiento de la planta, aunque también eleva la temperatura del invernadero, por lo que se debe controlar mediante diversas estrategias como el sombreado.

 
 

Sombreado: Es la disminución de la luminosidad dentro de un invernadero, se puede realizar por:

Blanqueo de la cubierta o encalado

Es el método más utilizado, ya que se pueden ocupar distintos productos, el más económico es la cal. La aplicación de este producto se realiza mediante la pulverización en la parte externa de la cubierta del invernadero por medio de aspersores, (se recomienda colocar de dos a tres aplicaciones). Es un método de sombreado fijo y una vez cubierto el invernadero, la temperatura disminuirá. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que al bajar la luminosidad se puede afectar al cultivo, ocasionando que la producción sea menor, además la forma de aplicación y la forma del invernadero ocasiona que la cubierta no sea pareja por lo que puede haber lugares de mayor iluminación que otros, afectando también el cultivo. Por otro lado, es importante mencionar que se deberá quitar o lavar la cubierta en los meses que no se requiera.

 
 

Mallas sombra

Es un método de sombreo regulable utilizado con el empleo de mallas de polipropileno, las cuales pueden ser de distintos colores, siendo los dominantes el blanco y el negro.

La malla sombra se coloca por encima de la cubierta plástica, se puede incorporar un marco, en el cual, la malla pueda correr a lo largo, de esta manera podremos regular la incidencia de luz solar.

 
 

Se pueden ocupar mallas del 30%, pero el porcentaje a utilizar también depende del tipo de plástico, ya que algunos pueden ser opacos, dependen también del tipo de cultivo.

Debemos tomar en cuenta que las clorofilas y los carotenos, absorben para su funcionamiento radiaciones entre 440 y 450 nanómetros y entre 670 y 680 nanómetros, por lo tanto, la cubierta del invernadero tiene que ser lo más transparente posible a esas longitudes de onda, para no limitar el desarrollo vegetativo.

 
 

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