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Objetivo: Proveer una guía detallada y práctica para la preparación, aplicación y manejo seguro de plaguicidas orgánicos, garantizando un control efectivo de plagas y enfermedades en cultivos, mientras se promueve la protección del medio ambiente y la seguridad del usuario. ¿Por qué fumigar con Insecticidas Orgánicos en lugar de Sintéticos? El control de plagas y enfermedades con productos de origen vegetal, también conocidos como bioplaguicidas, es una gran opción ante la tendencia actual de conservar y proteger el medio ambiente. Además, se ha sumado la creciente demanda por alimentos seguros por parte de los consumidores. Ante todo lo anterior, se han vuelto una alternativa viable, principalmente por su accesibilidad y por no representar una amenaza para todas las personas relacionadas en el proceso de producción de frutas y hortalizas. Este tipo de productos fitosanitarios son sintetizados de forma natural y se derivan de toda la planta o alguna parte en específico. Son muchos los compuestos naturales de origen vegetal de los cuales se cuentan con estudios que respaldan su efectividad para controlar hongos, bacterias, insectos, ácaros y nematodos, todos ellos de importancia económica. Los extractos vegetales tienen como principal característica, y la cual los hace muy valiosos para el control de plagas y enfermedades, la presencia de metabolitos secundarios nitrogenados, fenólicos y terpenoides. Estos compuestos actúan como antifúngicos, antialimentarios, antibacterianos, repelentes y, en algunos casos, impiden la germinación de semillas de malezas. Beneficios de los Insecticidas Orgánicos: MENOR IMPACTO AMBIENTAL: Los insecticidas orgánicos suelen ser biodegradables y no persisten en el medio ambiente, lo que reduce el riesgo de contaminación del suelo y del agua, Pero principalmente, suelen ser menos tóxicos para la fauna beneficiosa, como abejas y otros polinizadores, aves y mamíferos. SEGURIDAD PARA LOS SERES HUMANOS: Los insecticidas orgánicos generalmente presentan una mucha menor toxicidad para los seres humanos en comparación con los sintéticos. Esto es especialmente importante para los trabajadores agrícolas que manipulan estos productos y para los consumidores que desean alimentos libres de residuos químicos nocivos. REDUCCIÓN DE LA RESISTENCIA EN PLAGAS: Los insecticidas orgánicos contienen múltiples compuestos bioactivos con diferentes modos de acción, lo que dificulta a las plagas desarrollar resistencia. En contraste, los insecticidas sintéticos suelen tener un único modo de acción, facilitando que las plagas se vuelvan resistentes a ellos mediante mutaciones genéticas. Esta diversidad en los insecticidas orgánicos prolonga su eficacia en el control de plagas. APOYO A LA AGRICULTURA SOSTENIBLE: El uso de insecticidas orgánicos no solo fomenta prácticas agrícolas sostenibles que mejoran la salud del suelo y conservan el agua, si no también, al ser cultivos orgánicos libres de residuos químicos, son muy valorados por los consumidores, lo que permite a los agricultores obtener precios más altos en el mercado. Esta rentabilidad adicional incentiva a más agricultores a adoptar métodos de producción orgánica, beneficiando tanto al medio ambiente como a la economía agrícola. Por concluir, los insecticidas orgánicos no solo ofrecen una solución efectiva para el control de plagas, sino que también promueven prácticas agrícolas más seguras y sostenibles. La adopción de estos productos es una respuesta responsable y necesaria a la creciente preocupación por la salud del planeta y la seguridad alimentaria. Preparación del Bio Plaguicida 1. CONTAR CON EL EQUIPO DE FUMIGACIÓN PREPARADO. Ya sea que vayamos a usar una Aspersor para fumigar Manual, o una o una de motor eléctrico o de motor a gasolina, el primer paso es inspeccionar el estado del equipo de fumigación, para verificar que no exista alguna fuga o esté tapada alguna de las boquillas. Esta sencilla prueba la podemos realizar con agua corriente y no es necesario el uso de ropa de protección para esta prueba ya que la vamos a realizar con agua limpia. Si vas a utilizar una aspersora eléctrica es indispensable que tu mochila haya cargado batería al menos unas 8 horas antes y si es una fumigadora a gasolina, cuente con el aditivo o aceite correcto y encienda correctamente; por lo que te recomendamos consultar nuestra guía Bombas para Fumigar de Motor: Guía de preparación y arranque para conocer el proceso.
2. USAR EQUIPO DE SEGUIDAD. Una vez revisado el equipo de fumigación, el siguiente paso antes de preparar la mezcla es colocarse el equipo de seguridad. Es importante usar guantes que proporcionen una buena protección contra posibles irritaciones o sensibilizaciones cutáneas. Aquí tienes algunas recomendaciones: Guantes de Nitrilo: Los guantes de nitrilo son resistentes a muchos productos químicos y ofrecen buena protección contra sustancias biológicas. Son una opción segura y comúnmente utilizada en la manipulación de plaguicidas. Guantes de Neopreno: También son resistentes a productos químicos y ofrecen buena protección contra irritantes. Son duraderos y flexibles, lo que facilita su uso durante la preparación y aplicación de bioplaguicidas. Guantes de Caucho Natural (Látex): Aunque son menos resistentes a productos químicos comparados con el nitrilo y el neopreno, pueden ser adecuados para algunos tipos de bioplaguicidas. Sin embargo, ten en cuenta que algunas personas pueden ser alérgicas al látex. Independientemente del material que elijas para tus guantes, es importante que revises que tus guantes no cuenten con perforaciones ni rasgaduras y si son guantes desechables, evita reutilizarlos. Así mismo, El uso de lentes de protección es crucial cuando se manejan bioplaguicidas concentrados, ya que estos productos pueden contener sustancias que, al entrar en contacto con los ojos, pueden causar irritación, daño ocular o incluso pérdida de visión. Su uso es indispensable para prevenir salpicaduras que pueden dañar los ojos, evitar la irritación ocular causada por componentes químicos y proteger contra vapores perjudiciales. También vamos a requerir usar: Mascarilla o respirador: Utiliza una mascarilla o respirador adecuado para filtrar vapores y partículas del bioplaguicida concentrado. Ropa protectora: Para proteger la piel de posibles salpicaduras o contacto con los concentrados. Se recomienda usar ropa de manga larga y pantalones largos para proteger tu piel de posibles salpicaduras. Idealmente, usa un traje de protección química que cubra todo el cuerpo. Botas de seguridad: Lleva botas impermeables y resistentes Para proteger los pies en caso de derrames.
3. PREPARACIÓN DE LOS LÍQUIDOS: Antes de abrir la botella del Bio Pesticida, debes de agitarla, por si su contenido se ha asentado en el fondo y pierda sus propiedades. Para elevar la eficiencia de los bioplaguicidas e incrementar su nivel de control, una práctica muy importante durante el uso de cualquier producto sanitario es regular el pH del agua, a un rango de 5.5 a 6.5. Si el agua que utilizas es alcalina, puedes disminuir su pH con ayuda de un Buffer para bajar el pH del agua, que no afecte el funcionamiento de tu plaguicida. También, en mezclas de más de dos agroquímicos que generan reacciones en la mezcla y que incrementan el nivel de pH, al agregar un producto como el pH 1000, se puede reduce el pH, incrementa la adherencia, la dispersión, la humectación y la penetración del plaguicida sin alterar la conductividad eléctrica. Otro producto que contribuye enormemente a mejorar el accionar de los extractos naturales, es utilizar un adherente y penetrante como el AD 3000, producto con la capacidad de romper la tensión superficial del agua, formando de esta manera gotas aplanadas para lograr cubrir una mayor superficie y distribuirse mejor, de igual forma, reduce la evaporación, permitiendo al plaguicida estar por más tiempo sobre las hojas. 4. LLENADO DE LA FUMIGADORA. Una vez que el agua tenga un pH adecuado, te recomendamos llenar el tanque de fumigación con agua a la mitad de su capacidad, de inicio. Posteriormente agregamos la dosis de plaguicida correspondiente a la cantidad de litros totales que vamos a rociar. Consulta nuestra Tabla de aplicación de Insecticidas, Bactericidas y Fungicidas para conocer las dosis recomendadas de estos plaguicidas orgánicos según el uso que se le vaya a dar (preventiva o correctiva). A continuación, procedemos a cerrar adecuadamente la tapa del contenedor de nuestra bomba para fumigar y procedemos a agitar la mezcla constantemente para lograr una mezcla homogénea. Después de esperar unos 3-5 minutos a que la mezcla se asiente, podemos terminar de llenar el tanque con agua previamente acondicionada, a su capacidad. 5. PREPARACIÓN DEL EQUIPO COMPLETO DE SEGURIDAD. Además del equipo de seguridad que ya usamos para preparar la mezcla, es recomendable a la hora de realizar la fumigación, utilizar el siguiente equipo: Gorro o sombrero: Utiliza un gorro o sombrero para proteger tu cabeza y cabello de cualquier exposición accidental. Protección auditiva: Si estás usando equipos de fumigación que generen mucho ruido, considera usar protección auditiva como tapones o auriculares para proteger tus oídos. ¿Cómo hacer la fumigación en tu cultivo? Ahora podemos realizar la fumigación, siempre tratando de cubrir todas las partes de la planta. Te recomendamos seguir los siguientes puntos: VERIFICA EL ÁREA: Asegúrate de que no haya personas, animales o alimentos cerca del área que vas a fumigar. Si es posible, coloca señales de advertencia. También es indispensable que el área esté ventilada para evitar la acumulación de gases. CONDICIONES CLIMÁTICAS: Evita fumigar en días de viento fuerte, ya que esto puede dispersar el bioplaguicida fuera del área objetivo. También evita la fumigación bajo la luz solar intensa para prevenir la evaporación rápida del producto. Por lo anterior se recomienda nunca fumigar a medio día. DIRECCIÓN DEL VIENTO: Siempre fumiga en la dirección contraria al viento para evitar que el bioplaguicida se vuelva hacia ti. APLICACIÓN UNIFORME: Mantén una distancia y velocidad constantes para asegurar una aplicación uniforme. Ajusta la boquilla de la fumigadora según las necesidades del bioplaguicida y del cultivo. EVITA COMER Y FUMAR DURANTE LA FUMIGACIÓN: Es crucial no consumir alimentos ni fumar durante la manipulación y fumigación de bioplaguicidas para evitar la contaminación de alimentos y el riesgo de ingestión o inhalación accidental de productos químicos tóxicos. Además, fumar puede incrementar la exposición a vapores peligrosos y crear un riesgo de incendio, especialmente con bioplaguicidas inflamables. Estas medidas protegen tu salud y seguridad al reducir el riesgo de intoxicación y accidentes. EVITA EL CONTACTO DIRECTO: No permitas que el bioplaguicida entre en contacto con tu piel, ropa o equipo de protección. Mantén la fumigadora a una distancia segura de tu cuerpo. INTERVALOS DE DESCANSO: Si la fumigación es prolongada, toma descansos periódicos en un área libre de bioplaguicidas para evitar la exposición continua; y como ya mencionamos, evita consumir alimentos y bebidas durante este periodo hasta que te hayas sanitizado. MANTÉN COMUNICACIÓN: Si estás fumigando con otras personas, mantén una comunicación constante y asegúrate de que todos sigan las mismas prácticas de seguridad. Indicaciones al concluir la fumigación Una vez que hayas terminado de fumigar con plaguicidas orgánicos, es importante seguir ciertas recomendaciones para garantizar la seguridad y la correcta gestión del equipo y residuos. Aquí te dejo una lista de acciones que debes tomar: REMOCIÓN DE EQUIPOS DE PROTECCIÓN: Quítate cuidadosamente los equipos de protección personal (EPP) como guantes, mascarillas y ropa protectora para evitar el contacto con residuos de plaguicidas. LAVADO PERSONAL: Lava bien tus manos y cualquier otra parte del cuerpo que haya estado expuesta a los plaguicidas. Lo más recomendable es siempre ducharse después de terminar la fumigación. CONSUMO DE ALIMENTOS Y BEBIDAS: En la mayoría de los casos, se recomienda esperar entre 15 y 30 minutos después de haberte limpiado. Este tiempo permite que cualquier residuo potencial en tu piel se disipe. Recuerda que si usaste plaguicidas orgánicos que son menos tóxicos, el tiempo de espera puede ser menor, pero siempre es mejor pecar de cauteloso. LIMPIEZA DEL EQUIPO DE FUMIGACIÓN: Se recomienda primero hacer un enjuague el equipo de fumigación con agua limpia para eliminar los residuos superficiales de plaguicidas, para posteriormente usar una solución de agua y detergente suave para limpiar a fondo todas las partes del equipo y concluir con un último enjuague con agua limpia para eliminar cualquier rastro de detergente y residuos de plaguicidas. LIMPIEZA DEL EQUIPO DE PROTECCIÓN: El lavado de los productos plásticos como lentes, guantes y botas es similar a la del equipo de fumigación. En el caso de la ropa, esta se tiene que lavar por separado del resto de tu ropa y su secado se recomienda preferiblemente fuera de casa para evitar la posible dispersión de residuos dentro del hogar. No olvides desechar el equipo desechable y/o si presenta perforaciones o daños. ALMACENAMIENTO DEL EQUIPO Y PLAGUICIDAS: Una vez limpio y seco, guarda el equipo de fumigación en un lugar seco, fresco y protegido del sol directo. Asegúrate de que esté bien ventilado y fuera del alcance de niños y mascotas. También, almacena los plaguicidas restantes en sus envases originales, bien cerrados y etiquetados, en un lugar adecuado y seguro. Frecuencia de aplicación de la Fumigación
Preventivamente o cuando las condiciones ambientales son las adecuadas para el desarrollo de la plaga o enfermedad, se recomienda una aplicación cada 15 días.
Después de eso podemos regresar a las aplicaciones preventivas. Periodo de Carencia El período de carencia es el tiempo que debe transcurrir entre la última aplicación del plaguicida y la cosecha de los productos agrícolas. Este tiempo permite que los residuos de plaguicidas en los frutos se degraden hasta niveles seguros o no detectables, asegurando que los productos sean aptos para el consumo humano. Hay que aclarar que diferentes plaguicidas tienen diferentes tiempos de degradación. Por ejemplo, los plaguicidas orgánicos suelen tener un período de carencia más corto en comparación con los químicos sintéticos. También, las condiciones climáticas, como la temperatura, humedad y exposición al sol pueden afectar la velocidad de degradación de los plaguicidas y por último, algunos cultivos pueden absorber y retener plaguicidas más que otros, lo que influye en el período de carencia necesario. En general, los plaguicidas orgánicos a base de extractos de plantas o microorganismos pueden tener períodos de carencia de tan solo 1-3 días; en cambio, los plaguicidas químicos pueden requerir de 7 a 30 días o más, dependiendo del producto y del cultivo.
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