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Medidas para evitar el taponamiento en sistema de riego


 

 

El sistema de riego por goteo es una de las herramientas más importantes dentro de una producción agrícola, ya sea bajo invernadero o campo abierto. Con su óptimo desempeño se pueden alcanzar los mejores rendimientos, además de contar con grandes ahorros en agua, fertilizantes, energía y plaguicidas.

El funcionamiento apropiado permite aportar de forma directa, oportuna y en pequeñas dosis al sistema radicular de cada planta, los nutrientes y el agua necesarios para ayudar al cultivo a desarrollarse de la mejor forma posible. Para mantener estos beneficios es necesario establecer un programa preventivo de manera permanente, para conservar su eficiencia reduciendo al mínimo la posibilidad del taponamiento de goteros y la obstrucción de líneas de conducción.

- Origen de las obstrucciones.

Lo primero, antes de establecer el método de control y así mantener la eficiencia del sistema de riego, es determinar la fuente del problema. A grandes rasgos las podemos definir en tres grupos:

 

Son ocasionadas principalmente por bacterias, hongos y algas, microorganismos transportados por el agua y el viento, los cuales encuentran dentro del sistema las condiciones idóneas para reproducirse y desarrollarse de manera exponencial. Por su tamaño microscópico no son retenidos por los filtros, ya dentro de las tuberías comienzan a formarse agregados gelatinosos, los cuales se adhieren y comienzan a reducir la cantidad de agua aportada por los goteros hasta obstruirlos en su totalidad.

 

Este tipo de problemas se deben a las partículas en suspensión presentes en el agua, las cuales pueden ser arenas, limos y arcillas. Estas se comienzan a acumular poco a poco sobre las líneas de riego y los goteros hasta formar una especie de pasta que comienza reduciendo el caudal hasta taponarlos al 100%. Otra fuente de contaminación de este tipo, es la generada cuando una línea de riego se rompe y partículas de tierra, así como las rebabas del mismo plástico entran a las líneas de conducción durante su reparación.

 

Los taponamientos de emisores y líneas de distribución por sustancias químicas se deben a la composición y calidad del agua de riego, así como al tipo de fertilizantes utilizados para el fertirriego.

Ejemplos de este tipo de problemas son varios; aguas de mala calidad con pH alcalino, ricas en bicarbonatos, compuesto insoluble que precipita fácilmente en el agua, o bien cuando se queda agua con fertilizante dentro de la línea de riego, el agua por el sobre calentamiento se evapora, dejando a las sales dentro y generando agregados.

- Técnicas de control para evitar los taponamientos.

Con las siguientes técnicas buscaremos mantener la eficiencia de nuestro sistema de riego y reducir al mínimo la posibilidad de obstruir goteros y mangueras:

 

 

Son técnicas principalmente orientadas a impedir la entrada de sólidos de gran tamaño al sistema y con ello evitar obstrucciones de tipo físico. Los equipos utilizados para ello son los decantadores e hidrociclones, en el cabezal de riego se colocan filtros de malla o de discos, para llevar a cabo un segundo filtrado, evitando el ingreso de partículas de un 1 mm, como pueden ser; granos de tierra, fertilizantes no disueltos, algas, limos de bacterias y hongos.

Para mantener en óptimas condiciones los filtros y no disminuyan su eficacia, debemos retirar todas las partículas que vayan reteniendo, por lo tanto, es necesario sumergirlos por un tiempo breve en una solución con pH ácido y con ayuda de un cepillo tallar la malla o los anillos, esta labor debe realizarse de manera constante.

Para este método se cuentan con varias medidas preventivas para evitar que el sistema de riego se tape y reduzca su eficiencia, a continuación, las describiremos:

1. Lavado con altas presiones

 

Durante todo el ciclo de producción se recomienda realizar de forma periódica riegos con presiones superiores a las que trabaja normalmente el sistema, con ello reduciremos la acumulación de sedimentos de origen químico, físico y biológico.

Por ejemplo, hay goteros que trabajan en amplios rangos de presión, de 1 hasta 4 bares, es decir, si la presión normal es de 1.5 bares podemos elevarla al doble para efectuar el lavado. Esto se puede lograr abriendo un poco más las válvulas de paso o cerrando algunas

2. Lavado con agua a pH´s ácidos.

Este proceso de mezclado de ácidos con agua nos ayudará a lavar las líneas de riego y retirar precipitados químicos, solubilizando y en otros casos estabilizando los compuestos

Ácido nítrico:

Debemos acidular el agua hasta alcanzar un pH de 5.5 a 6.5

Con él logramos solubilizar sales de fierro, calcio y magnesio adheridas a los goteros, paredes de mangueras y tuberías.

El lavado debe ser al menos una vez por semana en sistemas caseros, pero a nivel comercial se recomienda hacerlo a diario, en ambos casos el riego debe tener una duración de 10 minutos.

Ácido sulfúrico:

El pH del agua debe quedar entre 5.5 a 6.

Nos ayudará a lavar sales acumuladas de carbonatos y fierro, adheridas en filtros, goteros y líneas de riego.

De forma casera al igual que en producciones a gran escala, es una práctica a realizar una vez por mes, el riego debe tener una duración de al menos 10 minutos en pequeñas producciones y de 30 en áreas comerciales.

Ácido fosfórico:

Durante el empleo de este compuesto, el agua debe alcanzar un pH ligeramente ácido, de entre 5 a 6.

Eliminará del sistema de riego precipitados de calcio y magnesio.

Con él, debe tenerse cierto cuidado, de no sobrepasar una dosis de 0.5 ml. por litro de agua, pues se pueden formar precipitados insolubles de fosfato de calcio y magnesio.

Cuando se efectúen los lavados, se deben abrir todas las líneas de riego para eliminar los residuos adheridos a las mangueras, hasta el momento donde comience a salir agua limpia. Posterior a ello cerramos nuevamente las líneas de riego y comenzaremos el lavado de los emisores.

En todos los casos anteriores se deben aplicar sin fertilizantes, solamente el agua de riego con los ácidos.

Funcionan de igual manera para controlar algas y limos bacterianos.

3. Recomendaciones finales.

Para mantener el óptimo funcionamiento del sistema de riego, podemos sumar las siguientes recomendaciones y así redoblar esfuerzo por contar con un riego homogéneo y obtener los mejores rendimientos.

 

- En cada lavado abre las líneas de riego y las válvulas para eliminar del interior todo tipo de residuos.

- Cuando se efectúe una reparación, realiza un lavado con las líneas de riego abiertas.

- Coloca los goteros con los orificios de salida hacia arriba, así los precipitados y demás residuos no quedarán cerca de ellos, si no sobre la manguera.

- Realiza inspecciones constantes para determinar el momento para realizar un lavado.

¡Esperamos que esta guía te sea de gran ayuda!