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Guía para el Cultivo de Rábano


El origen y la procedencia de los rábanos aún se investiga, sin embargo, existen numerosas hipótesis que consideran a China como la posible cuna de este alimento. Se cultivan desde la antigüedad tanto en Grecia como en Egipto, en la actualidad es una hortaliza que se cultiva a nivel mundial.

De dicha hortaliza se consume generalmente la raíz, aunque en países como Egipto se consumen las hojas, en la India se consumen sus vainas carnosas y en la China el aceite extraído de sus semillas.

El rábano es un alimento con un bajo aporte calórico, gracias a su alto contenido en agua, su principal componente son los hidratos de carbono y la fibra, contiene vitamina C y folatos. Los minerales más abundantes en su composición son el potasio y el yodo, además contiene cantidades significativas de calcio y fósforo. El magnesio está presente, pero en menor proporción. En la composición de los rábanos destaca la presencia de compuestos de azufre de acción antioxidante.

 

El rábano es un tipo de hortaliza que forma parte de la familia de las crucíferas junto a las coles y los berros. Se conocen seis especies de rábanos, pero sólo se cultiva el Raphanus sativus.

Son plantas herbáceas, durante su ciclo del cultivo se diferencian dos etapas, la primera es la fase vegetativa en la que se desarrollan su follaje y sus raíces carnosas, en la etapa reproductiva es cuando se desarrollan las flores, frutos y semillas.

Prefiere los climas templados, teniendo en cuenta que hay que proteger al cultivo durante las épocas de elevadas temperaturas. El ciclo del cultivo depende de las condiciones climáticas, pudiendo encontrar desde 20 días a más de 70 días, la helada se produce a -2ºC, el desarrollo vegetativo tiene lugar entre los 6ºC y los 30ºC, el óptimo se encuentra entre 18-22ºC.

Se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere los suelos profundos, sueltos, de preferencia arenoso, neutros con un buen drenaje, pero que contenga un alto contenido de materia orgánica y capaz de retener abundante humedad necesaria para el rápido desarrollo del cultivo. El contenedor en que crecerán será una bolsa (de 35x35 o de 40x40) o un contenedor mayor a 20 centímetros de profundidad (maceta holandesa, cama de cultivo, entre otros). El pH debe oscilar entre 5,5 y 6,8. No tolera la salinidad.

Las variedades se clasifican según el tamaño y la forma de la raíz (o parte comestible) en:

-Variedades de raíces pequeñas (rabanitos) :Menos picante, es carnosa y crujiente, su ciclo vegetativo es aproximadamente de 3 a 5 semanas, muy adecuado para su envasado en conos y en bolsas.

Raíces globulares: Redondo rosado, punta blanca (la más difundida), redondo escarlata.

 

-Variedades de raíces grandes (rábanos): Negro, Rosado, Blanco (nabo japonés). Más picante y dura, su ciclo vegetativo es un poco más largo.

 

El rábano y el rabanito pueden ser cultivados en la mayoría de zonas tropicales y subtropicales, desde las zonas bajas hasta las altas se cultivan al aire libre preferentemente en otoño, primavera e invierno, pero puede ser cultivado todo el año siempre y cuando las temperaturas no sean muy elevadas. También su cultivo se realiza en invernadero, de esta forma se puede disponer de ellos todo el año.

Para su cultivo elegiremos la semilla de la variedad que nosotros queramos, existen distintos tipos, los cuales pueden presentar bulbos de diversas formas y colores. La semilla conservada en buenas condiciones mantiene su viabilidad durante seis años.

Una vez elegidas las semillas procederemos a sembrarla, puedes hacerlo de dos formas:

Siembra directa: Colocar en un contenedor (bolsa, cama de cultivo u otro) con sustrato previamente humedecido las semillas, esparciéndose de manera uniforme (como si espolvorearas las semillas en el sustrato), después se deben cubrir con un poco más de sustrato.

En campo, la semilla de rabanito generalmente se esparce a voleo a razón de 12 kg de semilla por hectárea. En cambio, los rábanos se suelen sembrar en líneas a 50 cm, empleando unos 8 kg por hectárea.

Cuando se cultivan rabanitos debido a su rápido crecimiento, es frecuente que se hagan asociaciones, intercalando otras hortalizas de ciclo más largo, tales como zanahoria, remolacha, etc.

Siembra indirecta: Se utilizará una charola germinadora, la cual tendrá como sustrato Peat moss o Fibra de Coco especial para germinación, colocando una o dos semillas por cada orificio de la charola.

Puedes colocar el contenedor o la charola en un lugar oscuro para estimular la germinación. Se riegan únicamente con agua, por medio de un aspersor o atomizador, procurando mantener el sustrato siempre húmedo. La temperatura óptima de germinación está entre 20-25ºC.

 

La semilla germinará por lo general en una semana. Dependiendo de la variedad y las condiciones ambientales, puedes ver emerger tus plantas entre los primeros 7 o 10 días.

Lo primero que verás será un par de cotiledones, los cuales alimentarán a la plántula unos días. Después saldrán sus hojas verdaderas, en esta etapa podrás empezar a colocarles solución nutritiva a tus plántulas. Agregarás primero un tercio de la cantidad recomendada y poco a poco aumentarás la dosis.

Una vez que salen las primeras plántulas, se debe colocar la charola en un lugar con luz solar pero en donde no le den directamente los rayos del sol en las horas más intensas (a medio día). La luz del sol de la mañana o de la tarde son muy adecuadas.

 

Se realizará si hiciste una siembra indirecta y será cuando las plantitas tengan entre 7 y 10 centímetros de longitud o de 3 a 4 pares de hojas. Éstas se colocarán en bolsas de cultivo de 35x35 con sustrato de perlita, vermiculita o una mezcla (puede ser de 60% Perlita, 20% Vermiculita y 20% Peat moss).

Para sacar tus plántulas puedes ayudarte de un abatelenguas, procura no tocar mucho la raíz. El sustrato de la bolsa debe de estar previamente humedecido. Con ayuda de una pala de jardín desinfectada y limpia o con tu mano (que debe estar limpia para evitar infecciones en la planta) haremos un hoyo en el sustrato y colocaremos nuestra plántulita para terminar regando un poco con la solución nutritiva o con agua. La distancia de siembra será de entre 5 y 10 cm entre planta y planta.

 

Se hace cuando la siembra fue de manera directa y tiene de 3 a 4 hojas verdaderas o aproximadamente 5 centímetros de altura. Cuando se colocan al voleo las semillas, algunas plántulas de las que emergieron tendrán que sacrificarse, ya que se encuentran muy juntas, dejando unas 18 plantas o una planta cada 5 o 6 centímetros (3 dedos de ancho), esto con el fin de conseguir el tamaño deseado, ya que de no hacerlo la competencia es alta y las zanahorias serán delgadas y en ocasiones curvas.

Otra opción para estas plántulas que sobran, es trasplantarlas a otro contenedor con mucho cuidado para que crezcan adecuadamente.

 

Necesitan una buena cantidad de agua, distribuida uniformemente y con lapsos de riego bien ajustados. La humedad del suelo deberá encontrarse entre un 60% a 65% de la capacidad de campo durante el ciclo vegetativo. Se recomienda el riego por goteo por medio de cintilla o el riego por goteo localizado.

Se recomienda regar regularmente, aproximadamente cada planta debe recibir 450 ml de solución al día o cada tercer día, pero este dato depende del clima, el tipo de sustrato, la temporada, entre otros factores. Por lo que el riego lo debes adecuar tú, solo asegúrate de tener el sustrato húmedo, no inundado ni muy seco.

Por ejemplo en épocas de calor puedes complementar los riegos de solución con riegos por aspersión con agua, o bien, diluir tu solución un 50% para aumentar tus riegos en las horas de mayor calor, realizando un riego por la mañana y otro por la tarde.

La falta de agua ocasiona que la raíz se vuelva más dura y si esta es acompañada por altas temperaturas se estimula la floración anticipada. Por otro lado, cuando hay oscilaciones extremas de humedad en el suelo, las raíces se agrietan, perdiendo su calidad comercial.

Recuerda que la humedad relativa adecuada para el buen desarrollo del rábano y del rabanito se encuentra entre el 60% y 80%.

 

Es una actividad muy importante, ya que da fuerza y vigor a tus plantas, mejorando la floración y el desarrollo.

Ésta se realiza cada que revises tu cultivo (por lo menos cada semana), ya que hayas realizado el trasplante deberás comenzar con tu poda de hojas, eliminando solamente las hojas enfermas y en senescencia (hojas viejas).

Se deben de eliminar hojas cloróticas o amarillentas, que presenten daños en tonalidades pardas, necrosis o coloración negra provocada por muerte celular o algún tipo de hongo. Al eliminar este tipo de hojas estimulamos a las plantas para que tengan un mayor desarrollo vegetativo, una buena ventilación y para desechar cualquier posible infección por esporas, bacterias y virus que pudieran contaminarlas.

El corte de estas hojas se realizará sólo con ayuda de unas tijeras para poda limpias y desinfectadas, cortando la hoja desde la parte más cercana, al tallo principal ligeramente inclinado hacia él.

La cosecha se hace de acuerdo al tamaño característico que alcanza cada variedad, pero deben arrancarse con todo y follaje antes que la raíz comience a ablandarse, ya que pierden su sabor característico. La cosecha se realiza aproximadamente después de 20-30 días desde la siembra, se recolectan generalmente a mano, luego se lavan y se amarran formando mazos o manojos de aproximadamente 6 o 10 unidades. Las raíces deberán estar en buenas condiciones, sin hendiduras ni deformaciones y sin daños ocasionados por enfermedades o insectos.

Durante la estación invernal, se pueden dejar las plantas cierto tiempo sin recolectar desde el momento óptimo para la cosecha, pero si se prolonga demasiado las raíces adquieren un tamaño excesivo, y si llueve se rajan y después se ahuecan. En verano es necesario cosechar de inmediato, ya que se ahuecan rápidamente, especialmente las variedades tempranas.

En algunas zonas de producción, las raíces se empacan en bolsas de polietileno o plástico perforado, con un peso aproximado de una libra, esto permite el transporte a los mercados en buenas condiciones. Es conveniente que la recolección se realice con el mercado asegurado, ya que las raíces se marchitan fácilmente y en caso de dejarlo en el campo mucho tiempo, pueden crecer mucho, volviéndose las raíces carnosas de sabor agrio y duras.

 

 

 

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